- Violeta
- El Blog de Violet Tea
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Voy a empezar este post contándote un secreto: tengo ansiedad desde hace más de 20 años. Cuando lo cuento, mucha gente, sobre todo clientes, se sorprende porque proyecto una imagen calmada, tranquila y optimista. Y es así porque, aunque soy ansiosa y he pasado periodos muy duros en los que la ansiedad dominaba mi vida, he ido adquiriendo diferentes herramientas a lo largo de los años para combatirla. O, más precisamente, para aceptarla. Paradójicamente, cuando acepté que la ansiedad es algo natural y tan solo una manifestación de mi cerebro intentando (como puede) protegerme, empecé a controlarla yo a ella.
Esto no quiere decir que ya nunca sienta ansiedad. La ansiedad se suele manifestar en forma de angustia, miedo paralizante e, incluso, ataques de pánico. Y yo sigo sintiendo todo eso, pero ahora sé cómo actuar para que deje de pasarme.
Escribo este post porque precisamente esta semana he sentido mucha ansiedad. Y creo que es perfectamente razonable porque los casos de coronavirus están creciendo en Madrid y hace dos días se anunció un confinamiento parcial en Usera, el distrito donde está la tienda física de Violet Tea. El miedo a lo desconocido, al futuro incierto, se manifestó en forma de ansiedad.
Imagino que a lo mejor tú también te has sentido así, preocupada por tu futuro laboral, por tu familia y amigos y por tu propia integridad personal. Yo no sé cómo va a evolucionar la situación, pero sí sé que tarde o temprano esto también pasará y que tenemos que sobrellevarlo lo mejor posible mientras suceda para no vivir en la angustia constante.
Me he animado a escribir este post para traerte algunas de las técnicas que yo utilizo habitualmente para manejar mi ansiedad con el objetivo de que te ayuden a ti también:
- Elimina completamente los estimulantes.
- Dedica al menos 5 minutos al día para concentrarte solo en tu respiración.
- Date un baño de agua caliente con 2kg de sal gorda.
- Incorpora el consumo diario de Omega 3 a tu dieta.
- Al finalizar el día, reserva unos minutos para pensar en 3 cosas por las que estés agradecida.
1. Elimina completamente los estimulantes.
Esto implica no tomar nada de cafeína (y, sí, como ya he dicho más veces el té tiene cafeína y no “teína”) y tampoco nada de azúcar (ni miel, ni panela, ni ningún endulzante).
Si eres como yo, que por la mañana te cuesta arrancar, toma entonces un té verde en lugar de cualquier otro tipo de té o café. El té verde, además de ser menos estimulante es más alto en catequinas y L-theanina, que contribuyen a la relajación mental. No lo digo yo, lo dicen diferentes estudios, que puedes consultar aquí.
El resto del día toma infusiones que contengan plantas sedantes como la valeriana, la tila o la melisa. En este sentido, la infusión más completa que tengo es Patio Andaluz Bio, que contiene valeriana, melisa, verbena, flor de lúpulo y tulsi. Además, lleva naranja y manzana para matizar el sabor de la valeriana, que, si la has tomado alguna vez, sabrás que es bastante amarga.
También puedes optar por Mediterranean Bio, con un sabor más cítrico, que contiene citronela, lavanda, tila, romero y tomillo, o por Una siestecita, con menta, melisa, manzanilla, rosas y lavanda. Mi última recomendación es el Rooibos Natural que, por su alto contenido en minerales, sirve de refuerzo para el sistema nervioso.
2. Dedica al menos 5 minutos al día para concentrarte solo en tu respiración.
He de decir que esta práctica, aparentemente sencilla, no es nada fácil, pero es una de las técnicas que han cambiado mi vida. Aunque cuando adquieras hábito podrás hacerlo en cualquier sitio, para empezar te recomiendo que escojas un lugar tranquilo, sin distracciones (silencia el móvil y si no estás sola pídele a tu familia que no te interrumpa) y con la luz tenue o apagada. Idealmente, túmbate en el suelo en una esterilla o, si no es posible, en la cama. Concéntrate ahora en tu respiración, en todo el proceso, en como el aire entra y sale de tu organismo. Si puedes, respira solo por la nariz, pero, si estás muy agitada, inhala por la nariz y exhala por la boca. Intenta concentrarte únicamente en eso, observando como entra y sale el aire, cómo se llenan tus pulmones y sube y baja tu vientre. No intentes cambiar nada, ni regularizar la respiración, solo observa. Cuando vengan pensamientos intenta observarlos también con distancia, como si estuvieras al borde de una autopista y tus pensamientos fueran coches que van a todo velocidad. Cuando puedas vuelve a concentrarte en la respiración.
Esto no es otra cosa que un pequeño ejercicio de mindfulness o atención plena, que tiene numerosos beneficios sobre el cerebro. Si te apetece investigar más sobre el tema te recomiendo el libro Mindfulnes en la vida cotidiana de Joh Kabat- Zinn, con más técnicas para practicar.
3. Date un baño de agua caliente con 2kg de sal gorda.
Intenta aguantar al menos 20 minutos (a mí me suele costar bastante porque soy más de ducha que de baño, así que suelo poner música tranquila para distraerme). No solo notarás los músculos mucho más relajados sino que también expulsarás el cortisol excesivo (la hormona del estrés) y otras toxinas.
4. Incorpora el consumo diario de Omega 3 a tu dieta.
Ya sea en forma de pescado azul, preferiblemente pescados pequeños para evitar el contenido en mercurio (sardinas, anchoas, caballa, trucha…), de frutos secos (nueces y almendras) o de semillas (lino y chía). Los efectos ansiolíticos y antidepresivos de los ácidos Omega 3 también están bastante estudiados, y puedes encontrar bibliografía al respecto en el libro Curación emocional del Dr. David Servan-Schreiber.
5. Al finalizar el día, reserva unos minutos para pensar 3 cosas por las que estés agradecida.
Este ejercicio es especialmente difícil en épocas de mucha ansiedad y desesperanza así que yo suelo comenzar siempre por algo básico: “estoy agradecida porque estoy viva”. Y a partir de ahí intento enfocarme en cosas pequeñas que, muchas veces, doy por hecho. Como por ejemplo: “estoy agradecida porque cuando llego de trabajar por la noche mi pareja tiene la cena preparada y me está esperando para cenar juntos”. Poner el foco en lo positivo también tiene propiedades calmantes para nuestro cerebro ya que genera serotonina y dopamina, como ha descubierto la Neurociencia.
Espero que apliques alguna de estas 5 técnicas para calmar tu ansiedad y, sobre todo, que te hayan sido útiles si no las conocías. Si te apetece, cuéntame qué tal te ha ido en los comentarios.
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